Unesco premia a Venezuela por el impulso de la alfabetización tecnológica


Unesco premia a Venezuela por el impulso de la alfabetización tecnológica



La Organización de Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y la Cultura (Unesco) premió este miércoles a la fundación Infocentros, en Venezuela, por su labor en la alfabetización tecnológica de niños, jóvenes adultos y adultos mayores.

El gerente general de Infocentro en Venezuela, Omar Montilla, tras recibir la condecoración, manifestó que el premio “representa un reconocimiento al trabajo de muchos años”.

“El reconocimiento, primero a aquellas personas que han dado su esfuerzo para ser formados y (...) a todos aquellos facilitadores que han formado a las personas y también significa un reconocimiento al trabajo del Estado venezolano”, sostuvo.

El galardón Rey Hamad Bin Isa Al Califa, fue entregado a la delegación venezolana en la sede de la Unesco, en París, Francia.

La entrega del premio “ha sido un verdadero éxito”, en las palabras del equipo venezolano, informó el enviado especial de teleSUR a París, Rodrígo Hernández.

Venezuela superó a otras 48 candidaturas, que participan por la condecoración. “El resto de las delegaciones han quedado gratamente sorprendidas, ante la influencia que este proyecto ha tenido las poblaciones económicamente más excluidas”, sostuvo el periodista de teleSUR.

“La Unesco ha reconocido el valor de este proyecto con el que, en los últimos 10 años” ha alfabetizado a millones de personas, agregó el enviado especial.

El pasado 10 de enero, la Comisión Venezolana de Cooperación con la Unesco, informó sobre la distinción a través de un comunicado.

La nota refirió que los proyectos ganadores fueron escogidos entre los más de 40, presentadas por 34 países y un organismo intergubernamental: la Organización de Ministros de Educación de Asia Sudoriental (Seameo), por sus sigla en inglés).

Del mismo modo, detalló que la Fundación Infocentro fue seleccionada por el jurado, “debido a su proyecto, denominado: Alfabetización tecnológica de adultos y adultas mayores”.

La Fundación Infocentro está adscrita al ministerio para Ciencia, Tecnología e Industrias Intermedias del país.

El proceso de alfabetización proporciona a los adultos y otros usuarios un acceso gratuito a las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC).

Actualmente, se encuentran instalados 739 infocentros educativos que cuentan con una serie de módulos de enseñanza.

Sólo en el 2010, dichos módulos contaron con la visita de más de 10 millones de venezolanos.

También, se encuentran por todo el país 128 Infomóviles, trailers acondicionados con computadoras, algunos conectados al Satélite Simón Bolívar. Estos móviles llegan a zonas campesinas e indígenas, igualmente tratan con discapacitados, invidentes y personas que viven en lugares remotos.

Fuente: http://telesurtv.net/secciones/noticias/87104-NN/unesco-premia-a-venezuela-por-el-impulso-de-la-alfabetizacion-tecnologica/%20

Preguntas de la Cuestión Social.

Prof.  Freddy  E.  Hermoso  H.
Email: fenriqueh@hotmail.com.
La cuestión social en la visión gubernamental de los años que transcurren,  definida en el Primer Plan Socialista (PPS) del Desarrollo Económico y Social de la Nación para el 2007-2013 se le denomina  “La Suprema Felicidad Social”, un pretendido postulado filosófico y doctrinario que hace referencia a un viejo sueño bolivariano, que el Libertador configuró en sus escritos como la principal finalidad de los buenos gobiernos.  A esa anhelada situación debemos llegar partiendo de la construcción de “…una estructura social incluyente, un nuevo modelo social, productivo, humanista y endógeno…” donde como corolario de ese horizonte gubernamental “…todos vivamos en similares condiciones…”.
Las bases de estos postulados para la construcción de la nueva estructura social se hayan contenidas en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela “…así como en las tradiciones de lucha del pueblo Venezolano y la voluntad política del actual gobierno en avanzar hacia la construcción del socialismo.”
De ese diagnóstico que se hace en el mencionado documento oficial, uno de los factores a los que se apunta como causa de la problemática en cuestión es la de las relaciones sociales,  que es estructuran de manera permanente y que responden a jerarquías impuestas por criterios de poder, de riqueza, de conocimiento y de prestigio; de las que se desprenden situaciones diferenciadas en la forma como se satisfacen las necesidades sociales, llevando consigo las devenidas en la redistribución de la riqueza y del ingreso.
Es importante destacar que el pretendido postulado filosófico y doctrinario, más allá de la referencia histórica al pensamiento bolivariano, ha venido formando parte cada vez más de un uso retórico de su precario contenido, en la medida que los resultados que cada día se presentan en los medios de comunicación, artículos de opinión y fuentes documentadas académicas aluden a una situación muy distante y muy distinta de la pretendida.
Si a esa anhelada situación no se ha podido llegar en once años de gobierno, por razones estructurales de la sociedad venezolana, ¿a qué se debe que ello haya sido así?;  si sus herramientas básicas para abordarlos son la Constitución de la República, que la tenemos en vigencia; las tradiciones de lucha del pueblo venezolano, que cada día son más exacerbadas y la voluntad política del gobierno, que no hay duda de que en los últimos días se ha puesto de manifiesto en virtud de las decisiones aceleradas tomadas por el parlamento.
La respuesta no parece ser otra, que esas condiciones básicas no son suficientes y son parte de la retórica en la que está montado el constructo planificador del gobierno y la conformación de esa nueva estructura básicamente se ha restringido a medidas económicas exclusivas que abordan como punto neurálgico de estos elementos a las diferentes estructuras jerárquicas donde los criterios a deslastrar son el poder, la riqueza, el conocimiento y el prestigio y este si es el meollo del asunto. 
Otro de los supuestos de ese diagnóstico es que esa estructura social está en proceso de transición hacia “…una formación económico social más incluyente…”  cuyo principal modelador lo representan las Misiones, que el proceso ejecuta de una forma masiva y acelerada,  lo que viene a constituirse en una nueva forma de utilizar la renta petrolera en materia de identificación, alimentación, salud, educación, vivienda y empleo.
Con el reconocimiento de que ciertamente el Gobierno Nacional ha dedicado grandes recursos de la renta petrolera para mejorar los indicadores sociales, este cometido no se ha podido alcanzar, por cuanto que mucho del recurso dedicado a los programas sociales no está  dirigido a soluciones estructurales de la problemática, se cuenta ciertamente con miles de venezolanos suscritos a alguna forma de registro de los programas sociales, en los que reciben algún tipo de beneficio social pero las verdaderas causas que han generado las condiciones de pobreza aún permanecen, entonces…  ¿hasta qué punto esa inclusión es real?. 
 

Las emociones positivas aumentan la calidad de vida en la vejez


Las emociones positivas son un potente antídoto contra el estrés, el dolor y la enfermedad en la vejez, señala un reciente estudio realizado por un psicólogo de la Universidad de Cornell, en Estados Unidos. Pero las ventajas de esta actitud no alcanzan sólo a los ancianos, porque además se ha constatado que este tipo de emociones ayudan también a superar el estrés, aumentan nuestra salud física e incluso mejoran nuestra capacidad de concentración y de reflexión. Por Yaiza Martínez.



Foto: Soctech. Fuente: Universidad de Cornell.
Foto: Soctech. Fuente: Universidad de Cornell.
La idea de que sentirse bien puede tener un efecto positivo en la salud no es nueva, ¿pero es cierta? Un artículo reciente publicado en la revista Current Directions in Psychological Science, de la Association for Psychological Science (APS) de Estados Unidos, analiza esta cuestión, a partir de la revisión de los estudios existentes sobre el efecto de las emociones positivas en la salud de los ancianos.

El autor de esta revisión ha sido Anthony Ong, un psicólogo e investigador de la Universidad de Cornell, en Estados Unidos, especializado en el estudio de los recursos emocionales, cognitivos y culturales que utilizan las personas para adaptarse a las circunstancias adversas de la vida, a medida que envejecen.

El valor de una actitud positiva

Según explica Ong en un comunicado de la APS: “Todos envejecemos. Sin embargo, es cómo envejecemos lo que determina la calidad de nuestra vida”.

En ese proceso, los datos de los estudios revisados por el psicólogo señalan que las emociones positivas realmente son un potente antídoto contra el estrés, el dolor y la enfermedad.

Ong afirma que una actitud positiva puede proteger contra una mala salud en la tercera edad, de diversas formas. Por ejemplo, las personas más felices tienden a afrontar la vejez de manera preventiva, haciendo ejercicio regularmente o cuidando su descanso nocturno.

Por otro lado, este tipo de individuos es más propicio a evitar comportamientos insanos, como el tabaco. Los beneficios de ciertas elecciones en el estilo de vida cobran mayor importancia en la vejez, época en que los cuerpos se vuelven más susceptibles a la enfermedad.

Envejecimiento individual

Y, además, una visión optimista ayuda a combatir el estrés, que se sabe es un factor de riesgo de padecer numerosas enfermedades.

Según diversos estudios, los individuos con emociones positivas más fuertes presentan niveles más bajos de sustancias químicas asociadas con inflamaciones vinculadas al estrés. Por tanto, adoptando una actitud positiva, afirma Ong, la gente puede evitar incluso algunos de los daños físicos ocasionados por el estrés.

En definitiva, el bienestar psíquico puede influir en el proceso de envejecimiento, en el que se produce un declive gradual del sistema neuroendocrino, el sistema cardiovascular y el sistema inmune, escriben los investigadores en Current Directions in Psychological Science.

Este declive contribuye a aumentar el riesgo de enfermedad y mortalidad, pero resulta importante comprender que las alteraciones de los procesos fisiológicos derivadas de la edad no son invariables: existirían diferencias en el grado de vulnerabilidad y en la resiliencia (capacidad de los sujetos para sobreponerse a períodos de dolor emocional y traumas), que dependen de cada individuo y de su propia capacidad para sentirse bien.

La inteligencia emocional aumenta a partir de los 60 años



Fuente: UCBerkeley.
Fuente: UCBerkeley.
Las personas mayores son más capaces que las personas jóvenes de verle el lado positivo a las situaciones adversas y de empatizar con los menos afortunados, revela una serie de estudios realizados por un equipo de psicólogos de la Universidad de California en Berkeley (Estados Unidos).

Dirigidos por el profesor de psicología Robert Levenson, los investigadores llevan un tiempo analizando cómo las estrategias y respuestas emocionales del ser humano se van transformando a medida que cumplimos años.

Más inteligencia emocional

Hasta ahora, los resultados obtenidos por Levinson y sus colaboradores respaldan la teoría de que la inteligencia emocional (entendida como la capacidad para reconocer sentimientos propios y ajenos, y la habilidad para manejarlos) y las habilidades cognitivas realmente pueden agudizarse a partir de los 60 años de edad.

Estos avances cognitivos supondrían una ventaja para las personas mayores, tanto en medios laborales como en las relaciones personales, publica la Universidad de Berkeley en un comunicado.

Según Levenson parece que “el propósito principal de las últimas etapas de la vida estuviera orientado hacia las relaciones sociales, hacia el cuidar a otros y el ser cuidados por otros”.

El investigador afirma que: “es como si la evolución hubiera afinado nuestro sistema nervioso de manera favorable a este tipo actividades interpersonales y compasivas, a medida que envejecemos”.

Técnicas emocionales

En el primero de los estudios realizados por los científicos fueron analizados 144 adultos sanos de alrededor de 20 años, de entre 40 y 50 años, y de entre 60 y 70 años.

Concretamente, los investigadores estudiaron hasta qué punto estas personas eran capaces de aplicar diversas técnicas emocionales, conocidas como “valoración distanciada”, “revaluación positiva” y “supresión del comportamiento”, mientras veían ciertas imágenes.

Dichas imágenes fueron escenas de la película “21 gramos”, en las que una madre se enteraba de la muerte de sus hijas en un accidente de coche; y de la película “The Champ”, en la que un muchacho ve morir a su mentor después de un combate de boxeo.

Asimismo, los participantes también vieron escenas repugnantes de un programa de televisión llamado “Fear Factor”, en el que los concursantes deben superar sus miedos para enfrentarse a pruebas muy duras, como comer arañas.

Para medir la capacidad de aplicar la “valoración distanciada”, se le pidió a los 144 voluntarios que, ante todas estas imágenes, adoptaran una actitud objetiva, no emocional. Para analizar su capacidad de “revaluación positiva”, se les dijo que se centraran en los aspectos positivos de lo que estaban viendo. Y, para medir el “comportamiento suprimido”, se les indicó que no mostraran emoción alguna.

Los pobres tienen mayor capacidad empática que los ricos, revela un estudio

El estatus socioeconómico influye en nuestra habilidad para juzgar las emociones ajenas


Las personas pobres tienen mayor capacidad empática que las personas ricas, revela un estudio realizado por investigadores de la Universidad de California en San Francisco. Pero esta diferencia entre ricos y pobres no va implícita en cada individuo, señalan los autores de la investigación, sino que viene condicionada por el contexto social en el que éstos viven, y por los desafíos que dicho contexto les impone. Los investigadores tratarán de descubrir ahora de qué manera podría hacerse que los ricos, los que más pueden ayudar, se vuelvan más empáticos. Por Yaiza Martínez.



Foto: Colro. Fuente: Everystockphoto.
Foto: Colro. Fuente: Everystockphoto.
Las personas pobres tienen mayor capacidad empática que las personas ricas, revela un estudio realizado por el psicólogo Michael W. Kraus, de la Universidad de California en San Francisco (UCSF), que consistió en varios experimentos con individuos con un estatus socioeconómico alto y con individuos de niveles socioeconómicos más bajos.

Según publica la revista LiveScience, estos experimentos demostraron que los individuos bien situados tenían una habilidad menor para juzgar las emociones ajenas que aquellos individuos con un estatus socioeconómico (SES) bajo.

Esta constatación fue realizada tanto con fotografías como en interacciones sociales con personas reales.

Posible causa de la diferencia

Según Kraus, la causa de esta diferencia podría estar en que las personas con bajo nivel de ingresos y un bajo nivel educativo tienen que ser más sensibles a los demás para subsistir.

Kraus afirma que “resulta obvio que la empatía proporciona una mejor capacidad para responder a las amenazas sociales, así como para reaccionar ante las oportunidades que la sociedad ofrece”.

Una investigación previa realizada también por Kraus había demostrado ya que las personas más ricas son menos amables que los individuos más pobres, cuando conversan con extraños. Asimismo, el investigador había constatado anteriormente que los pobres son más generosos que los ricos.

La empatía podría estar en la base de esta última diferencia, asegura el psicólogo: “(los pobres) están más pendientes que los ricos de las necesidades de los demás, y responden a ellas cuando las perciben”.

Experimentos realizados

En la presente investigación, fueron llevados a cabo tres experimentos para establecer la diferencia en el grado de empatía entre ricos y pobres.

En el primero de ellos, Kraus y sus colaboradores se centraron en los aspectos educacionales del estatus socioeconómico. Los científicos reunieron a un total de 200 empleados de universidad que desempeñaban labores diversas, desde oficinistas a educadores o gerentes.

A los voluntarios se les pidieron datos sobre su educación y que identificaran el significado de las expresiones faciales de diversas personas que aparecían en fotografías.

Aquellos individuos que habían estudiado sólo hasta el instituto puntuaron un 7% más alto como media que los voluntarios que tenían estudios universitarios.

En un segundo experimento, los científicos reunieron a 106 estudiantes y los hicieron interactuar entre ellos en entrevistas de trabajo falsas. Posteriormente, se les pidió a los participantes que evaluaran sus propias emociones y las emociones de sus compañeros durante estas entrevistas.

De nuevo, se constató que aquellos individuos con un nivel socioeconómico más alto en la escala establecida puntuaron peor en la evaluación de las emociones de sus compañeros.

Según Kraus, estas diferencias se mantuvieron independientemente del sexo y del origen étnico de los participantes: “realmente se constató que los individuos de las clases más bajas mostraban una mayor empatía”, afirma el investigador.

La migración y sus riesgos en América

Autores:   Katrina Burgess Localización:   Política exterior ,  ISSN  0213-6856,  Vol. 33, Nº 187, 2019 ,  págs.  102-107 Idioma:   español ...