Protección social e informalidad laboral

Los gobiernos necesitan reconocer que
pocos ciudadanos tienen la fortuna de pasar
todo el ciclo de su vida activa en un puesto
de trabajo estable y protegido y cumplir las
exigencias de los sistemas publicos de seguro
social. Muy por el contrario, la gran
mayoria obtiene bienestar en el mercado de
trabajo informal, o contribuye al bienestar
de su familia sin ejercer trabajos remunerados.
Fuente: Andras Uthoff ,
para el proyecto.
Democracia, ciudadanía y seguridad social en América Latina. Documento elaborado

El Estado y los mecanismos de integración social

Los principios de ciudadania social implican que la sociedad debe proporcionar a todos sus miembros estandares minimos de bienestar. El principio de universalidad debe fi gurar, por lo tanto, en el centro del diseno de la politica social, de modo tal de contribuir a la integracion o cohesion social. Este ultimo concepto, que ha estado en el centro del debate latinoamericano en anos recientes, refiere a hacer a todos los ciudadanos participes de un nivel minimo de bienestar consistente con el desarrollo alcanzado por su pais, asi como del patrimonio simbolico de la sociedad y de la capacidad de desarrollar normas y lazos sociales que permitan reforzar la accion colectiva. La construccion de ese patrimonio simbolico se ve, en cualquier caso, reforzada por la construccion de niveles basicos de bienestar para todos, por lo cual ambas dimensiones deben verse como complementarias.
Este concepto choca profundamente con la realidad en sociedades que, como las latinoamericanas, son profundamente desiguales y, a traves de diversos mecanismos de segmentacion, reproducen viejas formas de exclusion al tiempo que generan otras mas nuevas. Las sucesivas encuestas del Latinobarometro han confi rmado un hecho muy incomodo para las sociedades latinoamericanas: los altos niveles de desconfianza interpersonal que las caracteriza. Una reciente investigacion de cieplan muestra que ese elemento, que es un sintoma inequivoco de falta de cohesion social, se ve contrarrestado por dos factores: la fuerte identidad familiar de los latinoamericanos y su vision positiva sobre el futuro, en este caso quiza como manifestacion de una percepcion tipica del auge economico prolongado que vivieron muchas economias latinoamericanas entre 2003 y 2008.

La seguridad social debe garantizar derechos sociales de aquellos que no tienen capacidades para proteger por si mismos sus derechos civiles y libertades. Los sistemas existentes en Latinoamerica han sido incapaces de implementar la solidaridad y justicia social, asi como la funcion de la distribucion del ingreso necesaria para la provision de servicios sociales a los excluidos de los sistemas de seguro social, y cerrar la brecha entre los grupos pobres y aquellos que estan sobre la linea de la pobreza.
Democracia, ciudadanía y seguridad social en América Latina. Documento elaborado
Fuente: Andras Uthoff ,
para el proyecto.

Sólo 20% de los trabajadores del mundo tienen seguridad social: OIT

La mayoría de los beneficiarios son hombres, revela un análisis
Periódico La Jornada
Miércoles 17 de noviembre de 2010, p. 33
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) difundió ayer un informe en el que advierte que sólo 20 por ciento de la población mundial en edad de trabajar tiene acceso a algún sistema de seguridad social. Añadió que la mayoría de los beneficiados con estos esquemas son hombres, por lo que gran parte de la masa laboral femenina está fuera de estos sistemas.
La seguridad social desempeña un papel fundamental en tiempos de crisis, y le falta a gran parte de la población del mundo, en especial en los países de bajos ingresos”, indicó en el Informe mundial sobre la seguridad social 2010-2011.
Según expresa en este documento que presentó esta organización, si bien las medidas de seguridad social han desempeñado un papel fundamental a la hora de reducir el impacto social de las crisis económicas, tanto de la actual como de las pasadas, la mayor parte de la población mundial no tiene acceso a una cobertura básica de seguridad social, en especial en los países de escasos ingresos.
Al respecto, el director general de la OIT, Juan Somavia, indica que la actual crisis ha dejado ver lo importante que es que todos los trabajadores cuenten con una base mínima de beneficios de seguridad social”, por lo que se promoverá a nivel mundial un piso” de protección social, el cual resulta ahora más urgente que nunca, ya que la seguridad social desempeña un papel importante como estabilizador irremplazable a nivel económico, social y político”.
Entre las principales conclusiones del documento destaca que en los países de altos ingresos, 75 por ciento de la población de 65 o más años recibe algún tipo de pensión, mientras en las naciones de bajos ingresos menos de 20 por ciento de los ancianos recibe prestaciones en materia de pensiones. Sólo 42 por ciento de los 184 países abarcados por el informe cuentan con sistemas legales de seguridad social para el desempleo.
Además, refiere, menos de 30 por ciento de la población mundial en edad de trabajar está cubierta legalmente por seguro contra accidentes y enfermedades ocupacionales; mientras en los países de bajos ingresos no más de 35 por ciento de las mujeres en zonas rurales tiene acceso a servicios de salud en el trabajo, y en las zonas urbanas la tasa de acceso aumenta a cerca de 70 por ciento, expone la investigación.

Lo que está pasando con la población

Lunes, 08 de Noviembre de 2010
Envejecimiento y vejez

JULIO PÉREZ DÍAZ*

Es una falacia que la demografía haga peligrar las pensiones. La amenaza viene de los problemas financieros y económicos, sobre los que podemos actuar. El alarmismo en materia demográfica es de lo más antiguo
Mi maestra Anna Cabré me enseñó que la demografía es una herramienta para desvelar misterios, y la población española le da la razón. No se suele reparar en ello, porque parece un asunto técnico y estadístico, carente de las sintonías emocionales que producen las historias individuales. Pero alguna vez sus misterios aparecen en titulares, como cuando el INE difunde sus periódicas proyecciones de población. Inmediatamente las preguntas nos asaltan: ¿cómo ha cambiado tanto la esperanza de vida?, ¿por qué han bajado tanto los nacimientos?, ¿por qué de repente hay tanta inmigración y, también de repente, la inmigración disminuye radicalmente? Pero, sobre todo, y desde un punto de vista práctico, ¿se puede predecir algo sobre el futuro demográfico de España?, ¿cuáles son los retos demográficos que deberían tenerse en cuenta en la tarea de gobierno?
Muchas preguntas, respuestas generalmente interesadas, poco imparciales, y escasa perspectiva, teórica e histórica, a la hora de darles respuesta. No en vano la demografía es un asunto tanto o más político que técnico, y ya se sabe que ahí la inmediatez manda. Para acabarlo de adobar, los fenómenos demográficos interesan en muchos otros ámbitos, como la economía, la sociología, la medicina o la geografía, de manera que aquí todo el mundo parece tener algo que decir y, por desgracia, los demógrafos no hemos conseguido que nuestra disciplina se haga oír en medio de ese pandemónium.
Pero lo cierto es que las respuestas mejoran si se entienden las dinámicas poblacionales y el radical cambio que están experimentado las poblaciones humanas en apenas el último siglo y medio. Intentaré hacer aquí una síntesis.
El cambio se puede resumir describiéndolo como una "revolución reproductiva", a la par con otras revoluciones productivas como la agraria, la industrial o la de la información. Ha aumentado drásticamente y de forma abrupta, no gradual, la productividad del esfuerzo reproductivo.
La reproducción humana siempre estuvo lastrada por una altísima mortalidad, especialmente infantil, que hacía muy precario el crecimiento poblacional y obligaba a parir muchos hijos a las escasas mujeres que conseguían sobrevivir hasta edades adecuadas. No había opciones; o eso o la extinción.
Eficiencia escasa, por tanto, del sistema reproductivo, sobredeterminación de los roles en función del sexo y poca libertad de elección para el común de los humanos.
Pero la humanidad ha aflojado repentinamente esa sujeción a la función reproductora, y lo ha hecho consiguiendo, para empezar, que la mayoría de los que nacen lleguen vivos a las edades en que pueden, a su vez, tener hijos. Eso desencadena la bola de nieve, porque tener hijos, y el número de los que se tienen, empiezan a ser opciones cada vez más personales. Las descendencias reducidas permiten mejorar las atenciones y recursos dedicados a cada hijo. Es un proceso en cadena que se retroalimenta con la siguiente generación y cuyo origen, no debe olvidarse, está en el descenso de la mortalidad producido por la simple mejora de los cuidados que los humanos nos dispensamos unos a otros.
De repente, en términos históricos, una esperanza de vida que nunca pasó de los 35 años en ninguna población se dispara hasta más del doble, la fecundidad cae en picado, las poblaciones crecen pese a ello a ritmos que no tienen precedentes y las pirámides de población empiezan a perder la forma de pirámide.
España es un concentrado de caldo de todo este proceso. Empezó el siglo XX en la cola de Europa, y lo ha acabado en la cabeza. Apenas llegaba a 34 años de esperanza de vida y hoy rebasa los 80. La fecundidad era de unos 5 hijos por mujer, y hoy apenas alcanza 1,3 hijos. Y todo ello con un crecimiento sin precedentes en toda su historia anterior, de 18 a 40 millones de habitantes.
Tan rápido ha sido el proceso, que cabe en la vida de una persona algo longeva, lo que hace realmente extraordinario el paisaje humano español, una auténtica mina para los científicos sociales. Coexisten aquí los adolescentes del Facebook y los ancianos de la España destripaterrones, rota por la Guerra Civil.
Todo lo anterior debe tenerse en cuenta al comentar la situación actual y, claro, es difícil. La tentación es la inmediatez. Aún más, el género más antiguo al comentar datos demográficos es el alarmismo. La baja natalidad es alarmante, el envejecimiento demográfico es alarmante, la masiva inmigración es alarmante y hasta el descenso de la inmigración es alarmante. Las distintas facciones políticas se los arrojan unas a otras y todo es reprochado a los momentáneos y pasajeros Gobiernos. A veces, incluso a los autonómicos o a los municipales. ¡Cómo si fenómenos sociales de tal calado y que abarcan periodos y territorios tan amplios pudiesen ser gobernados o reorientados durante un mandato y en un municipio!
Si yo tuviese que calificar con un único término el cambio demográfico experimentado por España lo haría con la palabra "progreso". Se ha democratizado la posibilidad de vivir todas las etapas de la vida, cosa de la que antes solo disfrutaba una pequeña y privilegiada parte de los que nacían. Las personas maduras y los recién llegados a mayores ya no son unos indigentes deteriorados, escasos y sin recursos, como en los años sesenta y setenta. Hoy, por el contrario, juegan un papel fundamental en apoyo de sus ascendientes y descendientes. Se ha conseguido criar y cuidar a cada hijo con recursos y dedicación impensables hace un par de generaciones. Las mujeres han quedado liberadas en gran medida de la abrumadora atadura histórica a la reproducción. El capital humano se ha disparado con todo ello, y de un país de analfabetos y trabajadores sin cualificación hemos pasado a un país de clases medias y economía terciaria.
Lo que está pasando con la población española es que se ha sumado al creciente club de los países demográficamente "modernos" tarde, pero muy deprisa. Al margen de las valoraciones que hagamos, eso conlleva algunas certezas sobre el futuro a corto y medio plazo, rasgos predecibles que conviene saber aprovechar, en vez de plantearse combatirlos:
- La pirámide española seguirá envejeciendo, porque los mayores vivirán todavía más y en mejor salud, y ese no es un proceso que vaya a verse contrarrestado por la inmigración o por un eventual baby boom.
- Pero seguiremos teniendo, aunque sea cíclica, una intensa inmigración, porque 1) la revolución reproductiva conlleva una fecundidad reducida que no es coyuntural y que tampoco podría elevarse para poner remedio a los vacíos del mercado de trabajo (nunca lo hizo tampoco en el pasado); y 2) Los países menos desarrollados todavía seguirán creciendo muy rápidamente en las próximas décadas, con dificultades para ocupar a sus nuevas generaciones, masivas, de jóvenes.
- Las mujeres, una vez convertida en opcional la antaño obligada función reproductiva, seguirán consolidando su apuesta por la vida laboral continuada, con todos los cambios que ello implica en las relaciones sociales, familiares y de pareja.
- Se generalizarán las líneas familiares con cuatro generaciones presentes, con todo lo que ello conlleva para las relaciones y transferencias de cuidados y recursos entre ellas.
Parece que sea la demografía la que hace peligrar las pensiones, las solidaridades intergeneracionales, el futuro de la familia o la emancipación juvenil. Gran falacia. Son los problemas financieros, políticos y, sobre todo, productivos y laborales los que desvían la atención hacia la demografía. Paradójicamente, es en esos ámbitos donde el futuro resulta menos previsible y donde existe más capacidad de actuación. La clave del progreso demográfico, en cambio, siempre fue muy sencilla: la inversión en las personas. Los humanos, una vez dotados de buenas dosis de recursos, cuidados, ocupación, atención, respeto, cultura o justicia, tienen la sorprendente y ancestral peculiaridad de mejorar notablemente las sociedades a las que pertenecen. Esperemos que la crisis no nos haga olvidar esto.
*Julio Pérez Díaz es demógrafo del CSIC. Edita el blog apuntesdedemografía.wordpress.com.
Fuente: El País (España) 1/11/2010.
http://www.elpais.com/articulo/opinion/pasando/poblacion/elpepuopi/20101101elpepiopi_11/Tes

Rafael Uzcátegui: “El Gobierno improvisa en materia de vivienda”

Enviado por investigacion en Lunes, 8 de Noviembre de 2010 – 4:39 PMSin comentarios
“Ahora la gente sabrá a quién reclamarle”, advierte el sociólogo y coordinador de investigación del Programa Venezolano de Educación – Acción en Derechos Humanos, Provea, Rafael Uzcátegui, ante el compromiso de resolver el problema de la vivienda asumido personalmente por el presidente Hugo Chávez hace una semana, cuando anunció la expropiación de urbanizaciones en cinco estados.
El mandatario nacional se compromete con un récord negativo a cuestas. Provea ha verificado que es uno de los presidentes del período democrático que menos casas por año ha construido (26.000), sólo superado por Rómulo Betancourt (17.000). Carlos Andrés Pérez y Luis Herrera Campíns fueron 3 veces más eficaces que Chávez, con un promedio de 90.000 viviendas anuales.
“Esta no es la primera vez que expropian viviendas. Hay que recordar el precedente negativo establecido por el ex alcalde metropolitano Juan Barreto.  120 edificios en Caracas fueron afectados, no se respetó el debido proceso y el pago a los propietarios no se ha cumplido en 98% de los casos”, precisó Uzcátegui.
–¿Cuál es la verdadera magnitud del déficit de viviendas? –El Gobierno reconoce que se deben construir 200.000 inmuebles por año para superar un déficit de 3 millones. Se requiere 1 millón de viviendas nuevas y la rehabilitación de 800.000 ranchos, más 1 millón que están en situaciones de alto riesgo.
- ¿Cuál es su percepción sobre las medidas gubernamentales en materia de vivienda?
-En el discurso del presidente Chávez destacan los derechos sociales. Pero hemos constatado que en este Gobierno, el derecho a la vivienda es el más vulnerado. La crisis es tal que han tenido que maquillar las cifras. En vez del número de viviendas construidas se reporta la cifra de personas beneficiadas. Ello puede incluir hasta el simple acompañamiento en gestiones de los que aspiran a un techo propio.
- ¿Cómo entender que Chávez se comprometa a solucionar el problema de la vivienda y el presupuesto asignado al sector para 2011 es 45% menos que hace tres años?
-Hay un presupuesto inicial, que luego se cuadruplica por la inyección de recursos extraordinarios, que son muy difíciles de auditar y supervisar por la ciudadanía. Al igual que estudiosos como Teolinda Barrios y Josefina Baldó, creemos que el Gobierno improvisa en materia de vivienda; que no hay una política integral, sino una constante improvisación y ejecución de medidas en el corto plazo, de acuerdo con las circunstancias.
- ¿Hay improvisación en el caso de las expropiaciones?
- Indudablemente, ello no corresponde a una planificación compartida. Tiene que haber una participación de los diferentes actores, esencialmente del sector privado. El año pasado se construyeron aproximadamente 100.000 viviendas en todo el país: 30% por el sector oficial y 70% por el sector privado.
Este último es el que podría dinamizar la construcción en el país, de modo que el anuncio presidencial del domingo pasado es muy malo, pues desestimula la inversión privada. Si se profundiza la brecha entre el sector público y el privado, se va a agudizar el problema. El sector privado no es el único responsable, pero es fundamental en la construcción de inmuebles.
- ¿Cuál habría sido la mejor forma de corregir las irregularidades de las empresas constructoras? –Por el cobro ilegal del Índice de Precios al Consumidor se pudieron aplicar sanciones establecidas en la ley sin llegar a la medida extrema de la expropiación. Todas las penas deben ser proporcionales al perjuicio causado y un derecho no puede ir en menoscabo de otro.
Ninguna persona puede ser privada de sus bienes, excepto cuando sean declarados de utilidad pública y previo pago de la justa indemnización. Ese es el espíritu del artículo 115 de la Constitución que regula las expropiaciones.
- ¿Habrá justa indemnización, si el Gobierno ha señalado como delincuentes a los representantes de las empresas constructoras involucradas?
-Desde Provea hemos insistido en señalar que en Venezuela se desarrolla una institucionalidad paralela a la de la Constitución. Hablamos de una serie de leyes y reglamentos que en algunas normas contravienen el disfrute de los derechos humanos. Existe una tendencia de implantar una institucionalidad por la vía de los hechos.
- ¿Cómo entender que el Gobierno promueva la propiedad privada en el caso de los inmuebles expropiados y, simultáneamente, promueva la propiedad social, a través de las ciudades socialistas? –Desde 1999 el Gobierno ha adjudicado viviendas que quedaron en una especie de limbo jurídico.
- ¿Hay precisión en cuanto al número de personas en esa condición?
- No, porque no existe una cifra oficial. Sin embargo, nosotros consideramos positivo el anuncio de un censo nacional para conceder la titulación definitiva. El problema es que hay mensajes contradictorios.
En ocasiones, el presidente Chávez pareciera promover las invasiones, y 15 días después pareciera combatirlas.
- ¿Cómo evalúan la ejecución de los programas Ciudades Socialistas y Barrio Nuevo Tricolor, que figuran como prioridad en el presupuesto de 2011?
- En general corresponden a una concepción muy limitada del problema. No basta construir o rehabilitar inmuebles, pues se requiere dotarlos de infraestructura vial, sanitaria, educativa, recreacional y deportiva. Se trata de la concepción de vivienda digna o adecuada, que va más allá de la construcción de cuatro paredes.
- ¿Si el presupuesto es deficitario, qué posibilidades reales hay de que el Gobierno honre los compromisos que ha adquirido ahora?
-Hace 4 años, el Ejecutivo nacional puso el énfasis en las ciudades socialistas como parte de la Misión Villanueva.  Las metas no se han cumplido. En Ciudad Losada, en Zulia, se había prometido edificar 8.500 casas en la primera etapa en 2007 y apenas han terminado 336, con el agravante de que el proyecto está paralizado desde 2009 por falta de recursos. En la Ciudad socialista Belén, en Miranda, se construirían 18.000 viviendas con la promesa de entregar las primeras 200 en 2008.  Sólo han entregado 120. En Ciudad Mariches, también en Miranda, ofrecieron 15.000 apartamentos, de los cuales han entregado 325. La Ciudad Camino de los Indios beneficiaría a 20.000 familias y aún no terminan los primeros 500 inmuebles.  Hay un gran retraso en la ejecución de esos planes y es posible que suceda lo mismo con las expropiaciones. Si el Gobierno penaliza al sector privado porque no ha cumplido con los plazos de entrega de viviendas, debe reconocer que ha incurrido en el mismo vicio, hacer la debida autocrítica y aplicar las sanciones correspondientes a los contratistas del sector público.
- ¿Por qué considera que no es necesaria la expropiación?
- Porque no van a resolver el déficit. Para agravar el problema, los convenios internacionales no han dado los resultados esperados. Por ejemplo, respecto del convenio con Uruguay, que establecía la instalación de 12.000 kits de vivienda, la Contraloría General de la República indica que sólo se han instalado 11. El Gobierno también ha promovido la autoconstrucción, pero los comités de tierras urbanas, las cooperativas y las mesas técnicas han comenzado a duplicar los vicios de la administración pública, es decir, el manejo irregular de los recursos por falta de supervisión y acompañamiento técnico.
- ¿Si la expropiación no es la solución, cuál es?
- El diseño y ejecución de un plan nacional de vivienda y hábitat a corto, mediano y largo plazo, con la participación activa de todos los sectores, sin excluir al privado, y reglas de juego claras. (Edgar López, El Nacional, 07.11.10)

La migración y sus riesgos en América

Autores:   Katrina Burgess Localización:   Política exterior ,  ISSN  0213-6856,  Vol. 33, Nº 187, 2019 ,  págs.  102-107 Idioma:   español ...